LOS CORAZONES QUE LATIERON TRAS EL ÉXITO DE LA PROMESA SUMMER CUP 2025

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Medellín, 30 de junio de 2025 — Detrás de cada canasta, cada cronómetro detenido y cada sonrisa en las gradas, estuvo el trabajo incansable de un grupo de voluntarios que hicieron posible la magia de la Promesa Summer Cup 2025. Conversamos con algunos de ellos, quienes nos compartieron sus vivencias, aprendizajes y sueños para futuras ediciones.

«Más que un voluntariado, una familia»

Carolina Mesa, con voz emocionada, describió su experiencia:
«Desde mi rol como voluntaria, siento que ha sido algo muy enriquecedor. Conocí personas de otros países, aprendí cómo ven ellos el baloncesto en Colombia… Los papás son tan apasionados que contagian esa energía. Esto no es solo ayudar; es sentir que formas parte de algo grande».

Ángela Serrano coincidió:
«Me encanta colaborar, especialmente en algo que amo como el baloncesto. He conocido gente maravillosa, todos son amables, y la organización ha sido muy responsable. Si algo podría mejorar, quizás los horarios, porque a veces empezamos o terminamos más tarde de lo previsto. Pero en general, ¡todo ha sido súper chévere!».

«Aprendizajes que van más allá de la cancha»

Para Valeria Vanegas, estudiante de comunicación, el torneo fue una ventana a un mundo nuevo:
«Al tener poca experiencia en periodismo deportivo, esto ha sido invaluable. Aprendí cómo funciona un partido desde la logística: cómo se pauta la publicidad, quién maneja los videos, cómo trabajan árbitros y entrenadores… Descubrí que no es una sola persona, sino un equipo entero haciendo posible cada detalle».

Santiago, otro voluntario, resaltó el crecimiento personal:
«Esta experiencia me permitió conocer personas de distintas culturas, especialmente con la delegación de Puerto Rico. Más que un trabajo, esto es una familia. Nos ayuda a crecer día a día».

«Retos, pero con satisfacción»

Sara López reflexionó sobre la importancia de los roles:
«Ha sido muy chévere poder ayudar. Todos cumplimos, pero creo que podríamos mejorar definiendo mejor las tareas de cada uno, para no mezclarnos tanto. Aun así, los equipos se han sentido cómodos, y eso nos motiva».

Valentina agregó:
«Ver los partidos desde el otro lado de la cancha es increíble. Es emocionante, aunque a veces retador. Si tuviera que sugerir algo, sería ajustar un poco los tiempos, pero sé que eso no siempre depende de nosotros».

«Volver, a pesar de todo»

Elvin, con una historia especial, compartió:
«Esta es mi cuarta vez como voluntario, aunque estuve ausente desde 2019 por la pandemia. La vida me llevó por otros caminos, pero quise regresar. Ahora, en medio de mis propias búsquedas personales, estar aquí me recuerda por qué amo este torneo».

Julián Cuervo, otro veterano, destacó el crecimiento del evento:
«Para ser la primera edición, el nivel organizativo fue excelente. La hidratación, el acondicionamiento, la logística… Todo funcionó muy bien. Esto solo va a crecer, y estoy seguro de que las próximas ediciones serán aún más grandes».

«Un agradecimiento desde el corazón»

Juana, del equipo de comunicaciones, cerró con un mensaje esperanzador:
«Aprendí muchísimo. Si algo podría mejorar, sería tener más manos en el área de comunicaciones para capturar cada momento. Pero en general, ¡fue una experiencia increíble!».

Palabras finales (por Eddy, entrevistador):

«Esta experiencia ha sido inolvidable. Conocí personas maravillosas, llenas de dedicación y amor por el deporte. A cada voluntario, organizador y colaborador: gracias por hacer de esto un sueño realidad. Espero que nuestros caminos sigan cruzándose, porque al final, son ustedes los que hacen que el baloncesto sea más que un juego… sea una pasión que une».

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